La adolescencia es una época difícil, los padres serán puestos a prueba por los hijos. Pese a las posibles dificultades, existen tips para que los progenitores se ganen la confianza de los chicos.
Los niños crecen y en los padres surge una pregunta: “¿cómo puedo ganarme la confianza de mi hijo adolescente?”. Muchos creen erróneamente que el alejamiento forma parte de una simple etapa de rebeldía; sin embargo, no todos los casos son iguales.
La relación padre-hijo no siempre se deteriora. Esto depende de una serie de aspectos, como la compatibilidad de caracteres y los procesos internos del joven. La relación se forja desde la infancia y todas las vivencias pasadas influyen.
Claro que lo que pasó en el pasado no se puede arreglar. Pero… ¿aún podemos hacer algo para acercarnos a nuestros hijos durante esta difícil etapa? Son muchos los expertos que indican que sí, y para ello influyen muchos factores; uno de estos factores importantes es la actitud de los padres.
Llega el momento de la prueba
Durante su niñez, nosotros éramos el espejo en que se miraban nuestros pequeños. Lo que muchas veces no entendemos es que esta relación valorativa cambia con su crecimiento. Una vez que se sienten “grandes” e independientes, los jóvenes comienzan a valorar las cosas por sí mismos.
Los padres no serán la excepción de esa ponderación de los adolescentes. Dentro de la complejidad, la adolescencia es una etapa donde el progenitor será puesto a prueba más allá de su autoridad.
Ganarse la confianza de tu hijo adolescente: control o confianza
Este es uno de los aspectos que pueden separar o unir más a una madre con su hijo. Durante la emancipación emocional, los jóvenes valoran que confíen en ellos y que no sean tratados como pequeños. Hay muchas ocasiones en que los padres tendrán que elegir entre confiar o controlar.
En el día a día surgirán coyunturas que nos obligarán a controlar, castigar, prevenir o impedir. Pero incluso en esos casos, siempre hay alternativas y planteamientos para abordar la situación. Por supuesto, también te tocará confiar en otras ocasiones.
Nuestro nivel de permisibilidad se debatirá entre el control y la confianza. Por eso, los padres tendremos que ser cuidadosos de no comportarnos de forma irracional, o subjetiva. Hablar, ofrecer refuerzos positivos y no mandar es la clave para el éxito.
Es Mejor que dar órdenes es poner límites
Un adolescente está cerca de ser un adulto y es lógico que no entiendan cuando se les dan órdenes a secas. Al contrario, lo que corresponde es entregar libertad progresivamente, estableciendo ciertos límites.
Por estas razones, lo más conveniente es dejar las órdenes atrás y comenzar a estipular márgenes de acción: límites de horario y recogida, espacios a donde asistir, etc. Claro que ante riesgos inminentes tendremos que negar el permiso, pero explicando siempre el motivo.
Cuando permitimos hacemos algo más importante: dejar espacios; al hacer esto, damos una muestra de confianza y respeto a la personalidad propia. De todas formas, más temprano que tarde el joven tendrá que comenzar a valerse por sí mismo.
Mucha comunicación efectiva
Si te has preguntado “¿cómo puedo ganarme la confianza de mi hijo adolescente?”, otra de las respuestas es la comunicación. Pero no nos comunicaremos siempre como las autoridades que somos, ni tampoco de la forma coloquial que nosotros desearíamos como progenitores.
En este punto, lo vital es encontrar puentes comunicativos efectivos, temas en común, tonos, espacios y usos del lenguaje. Es lógico que el padre del adolescente deba reinventarse ante la mirada expectante de su hijo joven.
No será un asunto fácil; no se puede esperar que siempre los jóvenes quieran abrirnos a su vida emocional. Incluso a aquellos que idolatran a sus padres les cuesta esta exteriorización; el resto es entender que ellos ejercerán su privacidad.
¿Cómo ganarse la confianza de tu hijo adolescente?
Como hemos visto, lo principal es entender que los hijos han crecido y que pronto entrarán en la etapa adulta. Así mismo, los padres de niños pequeños deben estar alerta. La confianza con el futuro adolescente se construye desde la niñez.Todo parece indicar que la manipulación del progenitor tiene efectos negativos con el paso del tiempo. Un niño que siempre fue libre y comprendido no sentirá la necesidad de liberarse. Al menos eso parece lógico incluso desde la psicología actual.