Decir no a un adolescente puede parecer sencillo, sin embargo la realidad demuestra que continuamente los padres y educadores aceptan demandas que no estaban en sus planes. Muchas veces consienten peticiones que no esperaban conceder.
En este artículo encontrarás los mejores consejos para conseguir decir no a tu hijo cuando realmente lo necesitas.
¿Por qué decimos sí cuando queremos decir no?
Decir no a un adolescente se complica aún más. Muchas veces tu hijo no espera un no por respuesta, su entorno y los medios de comunicación le hacen creer que todo es posible.
Cuando te enfrentas como padre responsable a ese poder invisible empiezan los problemas, tanto es así, que en muchas ocasiones acabas aceptando cosas que no te habías planteado, sólo porque la tendencia es esa y esto no sólo pasa en las familias, piensa en la cantidad de ventas que a diario realizan agentes comerciales a personas que no saben negarse a sus propuestas.
Razones para decir NO con mayor frecuencia
Si quieres ser capaz de decir no a un adolescente debes entender su utilidad e integrar esta rutina en tu vida cotidiana. Te contamos cuatro razones por las que deberías utilizar el no más frecuentemente en la comunicación de tu hogar.
1) Decir no mejora la autoestima:
Habrás experimentado en multitud de ocasiones esta sensación. Cuando concedes algo a tu hijo siempre tienes la duda de si estarás haciendo bien las cosas. Un sí supone abrir una opción en tu hogar que luego puede ser errónea y de la que serás responsable. Por ejemplo si tu hijo te pide dormir fuera de casa un fin de semana y luego se mete en problemas. La solución más razonable es que partas de un no y vayas ampliando el tiempo a medida que tu hijo demuestre madurez para poder ir llegando más tarde. Así compartiréis responsabilidades y tú estarás más seguro de lo que concedes. Esto mejorará tu autoestima y con ello el clima familiar y vuestra relación.
2) Mantiene el orden de tu hogar:
La organización de una familia parte de los límites que se marcan. Para que haya posibilidades abiertas deben existir otras cerradas. Es importante que limites aquellas opciones que amenacen el buen clima familiar y pongan en riesgo el orden de tu hogar. Recuerda que como adulto debes mantener tu criterio a pesar de que tu hijo decida incumplirlo. En este caso ten en cuenta que al ejercer su libertad podrá ver las consecuencias de sus actos y de romper el orden propuesto.
3) Permite enfrentar las críticas como algo constructivo:
Un NO puede ser vivido como algo personal y destructivo o como una posibilidad para crecer. Cuando tu hijo ha adquirido las capacidades para gestionar la frustración será más hábil a la hora de enfrentar críticas y negativas emocionalmente, así como aprovecharlas para crecer y aprender.
4) Mejora la comunicación y las habilidades de negociación de la familia:
Cuando hay una buena comunicación en la familia y el NO es visto como algo natural tu hijo estará más preparado para la negociación. Una buena capacidad para encajar los sentimientos que produce una crítica o un NO hace más fácil ver la situación con perspectiva. Y esta habilidad es clave a la hora de afrontar negociaciones o intentar cambiar el entorno a través de aportaciones personales. Si tu hijo está acostumbrado a oír el NO por respuesta podrá gestionar mejor las emociones y la frustración que provoca y estará abierto al diálogo. En otras palabras, tu hijo desarrollará una madurez y unas habilidades propias de un buen negociador.
Estas cuatro razones parecen suficientes para empezar a pensar que el uso del no es clave en una familia. Recuerda que un no siempre puede ser un quizás. Las prohibiciones y normas pueden cambiar con la edad y madurez de tu hijo o las circunstancias de tu hogar.
Es más productivo ver el no como una forma de demora que como una negativa absoluta. Es una herramienta temporal para la educación y protección de tu hijo que como padre tienes la responsabilidad de utilizar sabiamente.